sábado, 9 de noviembre de 2013

No se si me pesan mas los kilos que los años
Los malos humores que los malos amores.
Los malos deseos que los malos recuerdos.
Las canas, las calles vacías o los bolsillos rotos.
La memoria, el olvido o los cigarrillos a medias.
Los tragos que deje de tomar.
Las osadías que decidí no vivir.
Los miedos o los atrevimientos.
Los tropiezos o los aciertos.
La historia o las sorpresas.
O quizás lo que me pasa es lo que llevo adentro.
Ese fantasma malparido que no me abandona jamas.


Gipsy Gastello
Lamentos de bolsillo sin razón aparente.
tuiter: @GipsyGastello 
Blog: Literatureleando.blogspot.com

martes, 5 de noviembre de 2013

Del Adiós y otros demonios

He conocido mil adioses
el de la Muerte
deja un vacío lleno de dolor y rabia
imposible de aplacar,
se enrosca en los ojos
y ni ahogándolo en llanto
es posible desecharlo.

El del Desgano es leve como pavesa
que desprende el viento
de una hoguera ya muriendo,
deja un sabor incómodo en la tristeza,
su color es azul grisáceo
y levemente más frágil
que nube de tormenta,
solo hace falta
encontrarse con una corriente de aire
para que se vaya del cuerpo
nunca de las manos.

El del Miedo
es pertinaz y obstinado
deja un doloroso cansancio en las vísceras
y debes quitarte los zapatos
y caminarlo por calles empedradas de calaveras
a ver en cual otro adiós se reconoce
y allí dejarlo.

He conocido adioses efímeros
en los que ni siquiera una lágrima media,
son fáciles de decir
y se identifican
por su levedad
por su intemporalidad
se distinguen
por estar asociados
a la espuma
de los mares
y a veces de la cerveza.

El adiós de la distancia
no es nada tonto
y no llega como creen los más doctos
por correo o encomienda.
Va languideciendo quedamente
hasta tornarse casi invisible
a veces se troca
en gallardía o en orgullo,
pero muere de lentitud
y desesperanza
...en un impulso...
y el signo que lo caracteriza
es su flexibilidad de junco.
Tiene la asombrosa capacidad
de repetirse a si mismo
negándose
es allí cuando termina de desaparecer.

El adiós de la violencia
es casi tan duro como el de la Muerte
solo que este es más común
y si se le descuida
termina por hacerse de la cotidianidad,
su cara es realmente pavorosa.

El adiós de la Mentira
es como una metálica carcajada
y casi siempre es compañero
del anterior.
Suele presentarse a la una de la madrugada
cual fantasma chocarrero,
algunos silban como serpiente
y como estas huyen
perdiéndose entre las multitudes
son muy parecidos a los del engaño
solo que estos últimos
tienen la capacidad de presentarse
como un adiós,
convencidos de su total hipocresía.
Los conocemos
los vemos venir
los intuimos
pero siempre engañan.

Pero el más terrible de todos
es el implacable adiós de la incertidumbre
de lo desconocido,
tiene varios rostros
todos convergen en el pasado
y deben sufrirse una y otra vez
a veces hasta en mil vidas
y se repiten hasta que los dejamos ir
marcharse de la sangre,
por lo general
nos los envía el destino,
son como coros plañideros
como fuegos fatuos
que se encienden en las manos
o en el sexo,
no hay forma de reconocerlos
hasta que transforman
su aletear de mariposas
en cadáveres de piedras
que se alojan
entre pulmones y estomago
por veintiún días
siete horas
y treinta y cinco minutos
en ningún caso los segundos son problema.

Este dado a confundirse
con la espesura de otros adioses
de modo que su tonalidad
de cuatro puntos
a veces cinco
tiende a hipnotizarnos
de monotonía
a veces la confusión no es tal,
tiende a acompañarse
en combinaciones
convirtiéndose entonces
en Adiós-Incertidumbre-Desconocido-Muerte o
            -                    -                   -Mentira o
            -                    -                   -Distancia o
en         -                    -                   -Violencia o
en Adiós-Incertidumbre-Desconocido-Levedad
aún de estas combinaciones
es posible salvarse
rodeándoles de flores rojas de cualquier tipo
pero especialmente de rosas amarillas,
es ahí, cuando con un montón de suerte
puede trastocar su sentido
y tornarse en Saludos o
                    Bienvenidas o
                    Regresos o
                    Reconocimientos o
                    Esperanzas ciertas o
                    Abrazos.

Claro
Siempre y cuando
quien los profiera
este dispuesto
a salvarse
de la Soledad
                    aunque crea
                    que le gusta
                    mucho.

Caracas, 26/11/95

Recuerdos falsos

Recuerdos falsos, nacidos de la nada
entre dos desconocidos
que creyeron saberse
en lo vago del impulso. 

Tiempos perdidos
en las arenas blancas
de playas distantes
ya secas por el olvido,
donde no hay tiempo
ni espacio,
solo la presencia
del caliente vacío
de las mas desnudas soledades.


Aquel lugar en el que creímos
intuir nuestros papeles
y nos vimos representando mascaradas
en desiertos hirientes,
donde el único público
fue el reflejo de nuestras almas.


Cuando el monzón amaina
y la quietud se hace tormenta,
apuntamos lo aprendido
no creyendo lo que fuimos
y perplejos vemos
lo caro que costó
desconocer lo mas sencillo
y comenzamos a dudar
hasta del ser propio.


Cuando el hoy se hace presente
y recorre nuestras venas
laceramos nuestra carne
con las filosas dagas de la verdad
y en el éxtasis del agobiante dolor
ya a punto de romperse nuestras almas
boyamos en el charco de sangre de nuestras penas
y de nuevo
somos
vida.


Cuando no supimos conocernos
y creímos besarnos con pasión
cuando lloramos la distancia
que nunca fue impuesta
mas bien compuesta y compartida
cuando perdimos el polen de la magia
y nos vimos desnudos ante la soledad
ante la multitud..
Aprendimos entonces
que decir adiós
o no firmar la despedida
o ver lo que no hicimos
o saber lo que debimos
fue solo
el vago inicio
de nuestra
amargasoledad.

Algún día de Marzo
o de julio de 1990

sábado, 13 de abril de 2013

Por Aquí pasó

Por aquí pasó compadre,
hacia aquellos montes lejos.

Mire el rastro en la paja,
míreselo compañero,
como las claras garúas
en el terronal reseco,
como en las mesas el pozo,
como en el caño el lucero,
como la garza en el junco,
como en la tarde los vuelos,
como la nieve en el pico,
como en la noche el incendio,
como el cocuyo en el aire,
como la luna en el médano,
como el potro en el Escudo
y el tricolor en el cielo.

Por aquí pasó compadre,
Hacia aquellos montes lejos
Allá va su estampa sola
Grave, pero en fin aguileño
Arzón de cuero tostado
Tordillo de bravo pecho.
De bandera va su capa,
Su caballo de puntero
Artista labrando pueblos,
Hombre retoñando patrias
Picando glorias, ¡tropero!

Por aquí pasó, compadre,
Hacia aquellos montes lejos.
¡Óiganle!
Óiganle la voz tendida,
Sobre el resol de estos médanos

La voz que gritó más hondo,
¡Óigansela compañeros!
Como el son de las guaruras
cuando pasan los arrieros,
como la brisa en la palma,
como el águila en el ceibo,
como el trueno en las lejuras,
como el cuatro en el alero,
como la pena en mi canta,
como el gallo en el silencio,
como el tiro en el asalto,
como el toro en el rodeo,
como el relincho en el aire,
como el casco en el silencio,
como el grito del centauro en las Queseras del Medio,
como la Patria en el himno,
como el clarín en el viento.

¡Por aquí pasó Bolívar compadre,
hacia aquellos montes lejos!
El sol de la tarde estira hoy
su perfil, que vuelve
Alberto Arvelo Torrealba 

martes, 2 de abril de 2013

Florentino y el Diablo



I

El reto


El coplero Florentino
por el ancho terraplén
caminos del Desamparo
desanda a golpe de seis.

Puntero en la soledad
que enlutan llamas de ayer,
macolla de tierra errante
le nace bajo el corcel.

Ojo ciego el lagunazo
sin garza, junco ni grey,
dura cuenca enterronada
donde el casco da traspié.

Los escuálidos espinos
desnudan su amarillez,
las chicharras atolondran
el cenizo anochecer.
Parece que para el mundo
la palma sin un vaivén.

El coplero solitario
vive su grave altivez
de ir caminando el erial
como quien pisa vergel.

En el caño de Las Ánimas
se para muerto de sed.
y en las patas del castaño
ve lo claro del jagüey.

El cacho de beber tira,
en agua lo oye caer;
cuando lo va levantando
se le salpican los pies,
pero del cuerno vacío
ni gota pudo beber.

Vuelve a tirarlo y salpica
el agua clara otra vez,
mas sólo arena sus ojos
en el turbio fondo ven.

Soplo de quema el suspiro,
paso llano el palafrén,
mirada y rumbo el coplero
pone para su caney,
cuando con trote sombrío
oye un jinete tras él.

Negra se le ve la manta,
negro el caballo también;
bajo el negro pelo'e guama
la cara no se le ve.
Pasa cantando una copla
sin la mirada volver:

—Amigo, por si se atreve,
aguárdeme en Santa Inés,
que yo lo voy a buscar
para cantar con usté.

Mala sombra del espanto
cruza por el terraplén.
Vaqueros de lejanía
la acompañan en tropel;
la encobijan y la borran
pajas del anochecer.

Florentino taciturno
coge el banco de través.
Puntero en la soledad
que enlutan llamas de ayer
parece que va soñando
con la sabana en la sien.

En un verso largo y hondo
se le estira el tono fiel:
Sabana, sabana, tierra
que hace sudar y querer,
parada con tanto rumbo,
con agua y muerta de sed,
una con mi alma en lo sola,
una con Dios en la fe;
sobre tu pecho desnudo
yo me paro a responder:
sepa el cantador sombrío
que yo cumplo con mi ley
y como canté con todos
tengo que cantar con él.


II

La porfía


Noche de fiero chubasco
por la enlutada llanura,
y de encendidas chipolas
que el rancho del peón alumbran.

Adentro suena el capacho,
afuera bate la lluvia;
vena en corazón de cedro
el bordón mana ternura;
no lejos asoma el río
pecho de sabana sucia;
más allá coros errantes,
ventarrón de negra furia,
y mientras teje el joropo
bandoleras amarguras
el rayo a la palma sola
le tira señeras puntas.

Súbito un hombre en la puerta:
indio de grave postura,
ojos negros, pelo negro,
frente dé cálida arruga,
pelo de guama luciente
que con el candil relumbra.

Un golpe de viento guapo
le pone a volar la blusa,
y se le ve jeme y medio
de puñal en la cintura.

Entra callado y se apuesta
para el lado de la música.

Oiga vale, ese es el Diablo.
—La voz por la sala cruza.
Mírelo cómo llegó
con tanto barrial y lluvia,
planchada y seca la ropa,
sin cobija ni montura.

Dicen que pasó temprano,
como quien viene de Nutrias,
con un oscuro bonguero
por el paso de Las Brujas.

Florentino está silbando
sones de añeja bravura
y su diestra echa a volar
ansias que pisa la zurda,
cuando el indio pico de oro
con su canto lo saluda.

EL DIABLO
Catire quita pesares
contésteme esta pregunta:
¿Cuál es el gallo que siempre
lleva ventaja en la lucha
y aunque le den en el pico
tiene picada segura?

FLORENTINO
Tiene picada segura
el gallo que se rebate
y no se atraviesa nunca,
bueno si tira de pie,
mejor si pica en la pluma.

EL DIABLO
Mejor si pica en la pluma.
Si sabe tanto de todo
diga cuál es la república
donde el tesoro es botín
sin dificultá ninguna.

FLORENTINO
Sin dificultá ninguna,
la colmena en el papayo
que es palo de blanda pulpa:
el que no carga machete
saca la miel con las uñas.

EL DIABLO
Saca la miel con las uñas.
Contésteme la tercera
si respondió la segunda,
y diga si anduvo tanta
sabana sin sol ni luna
quién es el que bebe arena
en la noche más oscura.

FLORENTINO
En la noche más oscura
no quiero ocultar mi sombra
ni me espanto de la suya.
Lo malo no es el lanzazo
sino quien no lo retruca:
tiene que beber arena
el que no bebe agua nunca.

EL DIABLO
El que no bebe agua nunca.
Así cualquiera responde
barajando la pregunta.
Si sabe dé su razón
y si no, no dé ninguna:

¿Quién mitiga el fuego amargo
en jagüey de arena pura,
quién mata la sed sin agua
en la soledad profunda?

FLORENTINO
En la soledad profunda
el pecho del medanal,
el romance que lo arrulla,
la conseja que lo abisma,
el ánima que lo cruza,
la noche que lo encobija,
el soplo que lo desnuda,
la palma que lo custodia,
el lucero que lo alumbra.
¿Qué culpa tengo señores
si me encuentra el que me busca?

EL DIABLO
Si me encuentra el que me busca
el susto lo descarea.
Falta un cuarto pá'la una
cuando el candil parpadea,
cuando el espanto sin rumbo
con su dolor sabanea,
cuando Florentino calla
porque se le va la idea,
cuando canta la pavita,
cuando el gallo menudea.

FLORENTlNO
Cuando el gallo menudea
la garganta se me afina
y el juicio se me clarea.

Yo soy como el espinito
que en la sabana florea:
le doy aroma al que pasa
y espino al que me menea.

EL DIABLO
Espino al que me menea.
No le envidio al espinito
las galas de que alardea:
cuando la candela pasa
la pata se le negrea.

Con plantaje y bulla de ala
no se cobra la pelea.
Vaya poniéndose alante
pá'que en lo oscuro me vea.

FLORENTINO
Pá'que en lo oscuro me vea.
Amigo no arrime tanto
que el bicho se le chacea.

Atrás y alante es lo mismo
pá'l que no carga manea.
El que va atrás ve pá'lante
y el que va alante voltea.

EL DIABLO
El que va alante voltea
a contemplar lo que sube
borrando lo que verdea:
en invierno el aguazal,
en verano la humarea.

Me gusta cantar al raso
de noche cuando ventea
porque así es como se sabe
quién mejor contrapuntea.

FLORENTINO
Quien mejor contrapuntea
hace sus tratos de día
y trabaja por tarea.
"¡Cójame ese trompo en la uña
a ver si taratatea!".

Ni que yo fuera lechuza
en campanario de aldea
para cantar en lo oscuro
con esta noche tan fea.

EL DIABLO
Con esta noche tan fea
una cosa piensa el burro
y otra el que arriba lo arrea.

¡Ay, catire Florentino!
escuche a quien lo previene:
déle tregua a la porfia
pá'que tome y se serene
si no quiere que le falle
la voz cuando se condene.

FLORENTINO
La voz cuando se condene.
Mientras el cuatro me afine
y la maraca resuene
no hay espuela que me apure
ni bozal que me sofrene,
ni quien me obligue a beber
en tapara que otro llene.

Coplero que canta y toca
su justa ventaja tiene:
toca cuando le da gana,
canta cuando le conviene.

EL DIABLO
Canta cuando le conviene.
Si su destino es porfiar
aunque llueva y aunque truene
le voy a participar,
amigo, que en este duelo
yo no le vengo a brindar
miel de aricas con buñuelo.

Si se pone malicioso
no me extraña su recelo,
que al que lo mordió macagua
bejuco le para el pelo.

FLORENTINO
Bejuco le para el pelo.
Contra un jiro atravesao
yo mi pollo ni lo amuelo.

Entre cantadores canto,
entre machos me rebelo,
entre mujeres me sobra
muselina y terciopelo,
cuando una me dice adiós
a otra le pido consuelo.

Desde cuando yo volaba
paraparas del rayuelo
vide con la noche oscura
la Cruz de Mayo en el cielo.

EL DIABLO
La Cruz de Mayo en el cielo.
A mí no me espantan sombras
ni con luces me desvelo:
con el sol soy gavilán
y en la oscuridá mochuelo,
familia de alcaraván
canto mejor cuando vuelo;
también como la guabina
si me agarra me le pelo,
también soy caimán cebao
que en boca'e caño lo velo.

FLORENTINO
Que en boca'e caño lo velo.
Me acordé de aquel corrío
que me lo enseñó mi abuelo:

Velando al que nunca pasa
el vivo se quedó lelo,
para caimán el arpón
para guabina el anzuelo,
patiquín que estriba corto
no corre caballo en pelo.

¿Con qué se seca la cara
el que no carga pañuelo?
¿Pá'qué se limpia las patas
el que va a dormí en el suelo?

EL DIABLO
El que va a dormí en el suelo
pega en la tierra el oío:
si tiene el sueño liviano
nunca lo matan dormío.

Los gallos están cantando,
escúcheles los cantíos,
los perros están aullando,
recuerde lo convenío.

"Zamuros de la Barrosa
del alcornocal del Frío
albricias pido señores
que ya Florentino es mío".

FLORENTINO
Que ya Florentino es mio.
¡Ñéngueres de Banco Seco!
¡taro-taros del Pionío!
Si usté dice que soy suyo
será que me le he vendío,

si me le vendí me paga
porque yo a nadie le fío.
Yo no soy rancho veguero
que le mete el agua el río,
yo no soy pájaro bobo
pá'estar calentando nío.

EL DIABLO
Pá'estar calentando nío.
No sé si es pájaro bobo
pero va por un tendío
con la fatiga del remo
en el golpe mal medío;
y en la orilla del silencio
se le anudará el tañío
cuando yo mande a parar
el trueno y el desafío.

FLORENTINO
El trueno y el desafío.
Me gusta escuchar el rayo
aunque me deje aturdío,
me gusta correr chubasco
si el viento lleva tronío.
Águila sobre la quema,
reto del toro bravío.
Cuando esas voces me llaman
siempre les he respondío.
¡Cómo me puede callar
coplero recién vestío!

EL DIABLO
Coplero recién vestío,
mano a mano y pecho a pecho
ando atizándome el brío
con el fuego del romance
que es don de mi señorío.

Relámpagos me alumbraron
desde el horizonte ardío
nariceando cimarrones
y sangrando a los rendíos
con la punta'e mi puñal
que duele y da escalofrío.

FLORENTINO
Que duele y da escalofrío...
Dáme campo pensamiento
y dáme rienda albedrío
pá'enseñarle al que no sabe
a rematar uh corrío.

Cimarrones hay que verlos,
de mautes no le porfío;
puñal, sáquelo si quiere
a ver si repongo el mío.

Duele lo que se perdió
cuando no se ha defendío.

EL DIABLO
Cuando no se ha defendío
lo que se perdió no importa
si está de pies el vencío.
porque el orgullo indomable
vale más que el bien perdío.

Por eso es que me lo llevo
con la nada por avío
en bongo de veinte varas
que tiene un golpe sombrío.

Y vuelvo a cambiarle el pie
a ver si topa el atajo.

FLORENTINO
A ver si topa el atajo.
Cuando se fajan me gusta
porque yo también me fajo.

"Zamuros de la Barrosa
del alcornocal de abajo:
ahora verán, señores,
al Diablo pasar trabajo".

EL DIABLO
Al Diablo pasar trabajo.
No miente al que no conoce
ni finja ese desparpajo,
mire que por esta tierra
no es primera vez que viajo,
y aquí saben los señores
que cuando la punta encajo
al mismo limón chiquito
me lo chupo gajo a gajo.

FLORENTINO
Me lo chupo gajo a gajo.
Usté que se alza el copete
y yo que se lo rebajo.

No se asusten compañeros,
déjenlo que yo lo atajo,
déjenlo que pare suertes,
yo sabré si le barajo;
déjenlo que suelte el bongo
pá'que le coja agua abajo;
antes que Dios amanezca
se lo lleva quien lo trajo;
alante el caballo fino,
atrás el burro marrajo.

¡Quién ha visto dorodoro
cantando con arrendajo!
Si me cambió el consonante
yo se lo puedo cambiar.

EL DIABLO
Yo se lo puedo cambiar.
Los graves y los agudos
a mí lo mismo me dan,
porque yo eché mi destino
sobre el nunca y el jamás.

¡Ay! catire Florentino,
cantor de pecho cabal,
qué tenebroso el camino
que nunca desandará,
sin alante, sin arriba,
sin orilla y sin atrás.

Ya no valen su baquía,
su fe ni su facultá
catire quitapesares
arrendajo y turupial.

FLORENTINO
Arrendajo y turupial.
De andar solo esa vereda
los pies se le han de secar,
y se le hará más profunda
la mala arruga en la faz;
porque mientras llano y cielo
me den de luz su caudal,
mientras la voz se me escuche
por sobre la tempestá,
yo soy quien marco mi rumbo
con el timón del cantar.

Y si al dicho pido ayuda
aplíquese esta verdá:
que no manda marinero
donde manda capitán.

EL DIABLO
Donde manda capitán
usted es vela caída,
yo altivo son de la mar.
Ceniza será su voz,
rescoldo de muerto afán
sed será su última huella
náufraga en el arenal,
humo serán sus caminos,
piedra sus sueños serán,
carbón será su recuerdo,
lo negro en la eternidá,
para que no me responda
ni se me resista más.
Capitán de la Tiniebla
es quien lo viene a buscar.

FLORENTINO
Es quien lo viene a buscar.
Mucho gusto en conocerlo
tengo señor Satanás.

Zamuros de la Barrosa
salgan del Arcornocal
que al Diablo lo cogió el día
queriéndome atropellar.

Sácame de aquí con Dios
Virgen de la Soledá,
Virgen del Carmen bendita,
sagrada Virgen del Real,
tierna Virgen del Socorro,
dulce Virgen de la Paz,
Virgen de la Coromoto,
Virgen de Chiquinquirá,
piadosa Virgen del Valle,
santa Virgen del Pilar,
Fiel Madre de los Dolores
dáme el fulgor que tú das.
¡San Miguel! dame tu escudo,
tu rejón y tu puñal,
Niño de Atocha bendito,
Santísima Trinidá.
(En compases de silencio
negro bongo que echa a andar.
¡Salud, señores! El alba
bebiendo en el paso real).

Alberto Arvelo Torrealba

domingo, 17 de marzo de 2013

ASUMAN


ASUMAN

Ustedes votaron el 8 de octubre
por el mismo al que votarán el 14 de abril...
nosotros también; pero esta vez votamos dos veces

Ustedes un 14 de abril empezaron
a hacer cuenta de lo grande de este pueblo...
algunos de nosotros también; pero esta vez lo vemos dos veces

Ustedes que son nosotros pero que no quieren serlo
pues se aferran a la idea del afuera y del neón
votaron por odio tantas veces...
como nosotros votamos por amor

Votaron por odio hacia nosotros
a la vida y a la historia
al mar de pueblo rojo
que brama de la arrechera
pero nunca del odio, y se nos nota
la hidalguía emancipada y hecha flor
sembrada muy profundo en nuestras venas

Ustedes cabalgaron viendo pa´atrás
nosotros cabalgamos viendo pa' lante
ustedes defendieron siete estrellas
y nosotros devolvimos la faltante

Ustedes le temblaron al levante
de un nosotros que hoy es paso firme
ustedes y nosotros somos pueblo, si
pero ustedes enterraron su destino
el día que renegaron de su estirpe

Carajo que este pueblo los convoca
asuman el papel que hoy día tenemos
que aquí la vaina no es si el rojo es feo
aquí la vaina es reescribir la historia

A ustedes que son pueblo con nosotros
los llamo a este nosotros que es un verbo
¡carajo que este pueblo despertó!
¡asuman el papel de ser el pueblo!

Hasta la Victoria Siempre
Camaradas, Venceremos

Il Avanti
17-03-2013