lunes, 7 de marzo de 2011

CÓMO NACE UNA MUJER EN EL BARRIO


Gracias Mi Kamarada. Mi madre optó por la 7ma!
 @Kaeltikx

Por Alida Freites

Ante la realidad política, social, cultural y religiosa de nuestros barrios, donde mantener la esperanza se hace una necesidad de supervivencia, se construye al pulso de las propias experiencias un abanico de alternativas.

  • La primera alternativa se da desde el mismo momento de la concepción, cuando la mujer se va formando desde el comienzo en una lucha que incluye el clima de violencia que se vive en nuestros hogares, donde desde el vientre de nuestras madres sabemos lo que es la falta de apoyo masculino, las condiciones de pobreza, el rechazo del entorno familiar por eso de “embarrigonaron a Petra”. Este es uno de los comienzos de la lucha, donde se abandonan los estudios, se olvidan los sueños y se enfrentan como mejor se pueda una realidad que a muchas aterra.

  • La segunda alternativa  de ser mujer en nuestras comunidades es aquella en que las mujeres que conocen el apoyo familiar, logran culminar sus estudios y hasta llegan a la universidad, con la triste esperanza de llegar a ser “alguien”, como si el simple hecho de existir no significara su existencia, para éstas, muchas veces enfrentan la realidad del mundo que las rodea, las hace ver ante sus grupos familiares y vecinos como unas “extraterrestres”, seres de otro planeta que intentan cambiar la marca gris que tienen señalada como destino.

  • La tercera alternativa es la de aquellas que sienten que no pueden controlar sus problemas “hormonales” y que tienen que sacarle provecho a su “haciendita”, para lograr un marido que las mantenga y les de lo que necesite; triste realidad, terminan sembrando la patria con sus sueños y miserias, trayendo hijos al mundo para repetir su triste historia.

  • La cuarta alternativa, es de las que nunca pierden la esperanza de alcanzar para sus hijos lo que ellas nunca alcanzaron, y su esfuerzo por dar una “educación” que termina creando profesionales en “carpintería nuclear” (profesión por cierto ésta que no ha conseguido ubicación en el campo laboral).

  • La quinta alternativa es la que han visto en la política de los politiqueros, la oportunidad de sacarle provecho al gobierno de turno y terminan siendo los segundos o terceros frentes de estos personajes.

  • La sexta alternativa sería, las que les queda a aquellas mujeres cuyas frustraciones de la vida las lleva a indicarles a hijas e hijos el concepto del sacapuntas: “sáquele punta mija, que le quede algo así usted no lo quiera”.

  • La séptima alternativa, aquellas que quedan solas con sus hijos y logran con mucho sacrificio y esfuerzo alcanzar pequeños grandes logros satisfactorios para vivir y morir con un mínimo de decencia.

En fin, el abanico se extiende a muchas alternativas, pero lo que si es una realidad, es que nacer en el barrio y ser mujer no es fácil, escribirlo es más difícil aun. En el barrio se nace pariendo y se pare naciendo, hay que tener ovarios y ser mujer para nacer, crecer, vivir y morir en un barrio, queriendo ser buena madre; hija; amiga; esposa; amante; hermana; compañera; vecina y hasta enemiga, pero si se puede.

El mejor ejemplo de las mujeres de nuestros barrios, es que pueden, quieren y deben  generar los cambios asertivos que permiten concretar sus esperanzas, en Venezuela no los está brindando la creación diaria de un proceso inédito, revolucionario y socialista como el que estamos viviendo. Las Misiones educativas que nos permiten verle utilidad al hecho de aprender a escribir, a leer, a estudiar, a generar posiciones políticas y ver realidades de otros países, entendiendo que podemos crear nuestra propia realidad y no ser mas que un par de glúteos calentando sillas en un sistema educativo que pide a gritos su reforma.

Debemos ser cuidadosas de que nuestras Misiones no se transformen en la rutina que establece nuestro sistema educativo, generemos los espacios necesarios para lograr la verdadera discusión que permita la construcción de las políticas educativas que necesita Venezuela.

Necesitamos “Volver la Cara” para transformar la realidad que generan nuestros vientres de madres, hijas, hermanas, amigas, maestras, amantes, etc. Solo en este proceso revolucionario se ha reconocido el rol de la mujer como Madres del Barrio, que merecen el apoyo del gobierno para formarse en un oficio productivo que le permita concretar sus ideales, y que  de alguna manera reconoce y fortalece haciendo letra viva el articulo 88 de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela.

Ser mujer en nuestros barrios, implica de hecho, la mayor participación femenina en los procesos sociales, políticos, laborales y organizativos que sustentan esta revolución. Una mayoría de mujeres mantiene la vida y funcionamiento de comunidades con trabajo gratuito para su localidad, podemos mencionar los Comités de Tierras Urbanas y  los Consejos Comunales.

¡Por ahora!, para cerrar este abanico, propongo para la real emancipación de mujer, que se creen mesas de discusión para estos puntos:

  1. Una implacable penalización de la violencia domestica, sexual de género.
  2. La transformación del sistema educativo, para crear mujeres y hombres nuevos.
  3. La instauración de guarderías como jardines para educar y no para guardar, en cumplimiento de la Ley Orgánica del trabajo.
  4. Por más cobertura y calidad de los Simoncitos.
  5. Por la legalización de la interrupción del embarazo no deseado.

Alida FREITES
06/03/2011

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